El fenómeno de la termoluminiscencia fue descubierto en los años 50 y comenzó a aplicarse en datación desde los años 60. en la actualidad constituye junto a la luminiscencia ópticamente estimula (OSL) una de las técnicas de datación más empleadas en arqueología.Desde el año 2000, con la ostensible mejora de los equipos de medida y protocolos de análisis, su uso ha experimentado un gran crecimiento, multiplicándose el número de laboratorios en el mundo. Sin embargo, en España sigue siendo un método poco usado, al menos en arqueología, debido a la escasez de laboratorios y a que el proceso de datación requiere ciertas condiciones de muestreo. Este creciente uso ha venido acompañado de su aplicación a materiales arqueológicos anteriormente no considerados como viables para datación cronométrica. Este campo ha enido un éxito relativamente alto, consiguiendo datarse materiales como vidrio, superficies de roca, y hasta materiales constructivos cuya datación no es posible fechar con otro método. En este capítulo se pretende ofrecer una visión del estado de la cuestión en datación por luniniscencia en arqueología sus perspectivas presentes y futuras y las aplicaciones que se vienen realizando y desarrollando específicamente en el campo de la arqueología
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