Los ojos de Edurne Cenarruzabeitia son del color azul de la capelina de Ciencias. Y del mar que tanto la calma. Porque ella es puro nervio. Como alumna, doctora y profesora entregó su fuerza vital al saber. Como catedrática, decana y académica, dio un volantazo para dedicarse a la Farmacia y servir mejor a la Universidad. Todavía hoy es incapaz de negarle nada a su alma mater.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados