Lucía Martínez Alclade, Josean Pérez Caro
Desde hace ocho años el «Yo no tengo tiempo» no es excusa para embarcarse en un proyecto con aportación social. En el otoño de 2012 nació Tantaka. Lo hizo para recordarnos que sí, que tenemos tiempo «para cambiar las cosas». Que solo se necesita ese componente —y buena dosis de compromiso— para que una primera gota, por diminuta que sea, caiga. en el agua. «Gota a gota —tantaka en euskera— va creciendo el mar», dice el proverbio.
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