Estudios de sostenibilidad hasta el momento no han sido capaces de generar una definición consensuada de «sostenibilidad», a pesar de muchos intentos. Este artículo pregunta qué significa esta confusión conceptual a través de un análisis vertical (historia conceptual) y horizontal (uso contemporáneo) del término. Sostenibilidad es un buen ejemplo de lo que Hupe y Pollit han denominado un «concepto mágico», puesto que: es amplio, tiene connotaciones positivas, implica consenso o por lo menos la posibilidad de superar conflictos actuales y comerciabilidad global (2011:643). Por un lado, la sostenibilidad ha hecho posible un discurso general sobre el uso de recursos naturales. Por otro lado, se presta a una amplia gama de «mal uso» estratégico desde el greenwashing corporativo hasta las pasiones luditas. Basado en el análisis vertical, este significado difuso no es una coincidencia, sino fue parte de un compromiso político inicial, mediante el cual preocupaciones medioambientales fueron injertadas en el discurso más antiguo sobre el «desarrollo» durante la redacción del informe Brundtland de 1987. Basado en el análisis horizontal, este significado difuso es ahora inherente al concepto y no se puede abandonar sin perder esas cualidades «mágicas» que convierte «sostenibilidad» en un punto de encuentro tan importante. Esto permite concluir que debemos de tener mucho cuidado de cómo ejercer sostenibilidad.
Recibido: 03 febrero 2021Aceptado: 01 marzo 2021
Sustainability studies have not been able to come up with a consensus conceptualization of “sustainability,” despite many attempts. This article asks what this conceptual confusion means. I do this through a (conceptual history) vertical analysis, and horizontal (discourse) analysis of the current use of the term. It finds that sustainability is a perfect fit for what Hupe and Pollit have called a “magic concept,” in that it is; broad, has a positive normative charge, imply consensus or at least the possibility of overcoming current conflicts, and has global marketability (2011: 643). This has both positive and negative effects: On the one hand, the popularity of the concept of sustainability has enabled an overarching discourse on the responsible use of natural resources. On the other hand, the concept is vulnerable to various strategic misuses, ranging from corporate greenwashing to Luddite passions. Based on a vertical analysis of the history of sustainability, this vagueness is not a coincidence: It was part of a political bargain at its birth, where environmental concerns were grafted onto an older discourse on “development” during the writing of the 1987 Brundtland report. Based on a horizontal analysis, this vagueness is now inherent to the concept and cannot be abandoned without losing the very magic qualities that make sustainability such a rallying point. This finding points to the conclusion that we should be cautious about how sustainability is wielded.
Received: 03 February 2021Accepted: 01 March 2021
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