Castellón, España
El progreso de la neuroeducación en los últimos años ha tenido incidencia en la comprensión actual de la educación. Como ciencia interdisciplinar, la neuroeducación ha aportado grandes ventajas sobre la descripción de los correlatos neurales en el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como en la detección de los neuromitos. Sin embargo, sus aportaciones no están carentes de una revisión crítica desde la perspectiva filosófica que vaya más allá del cuestionamiento puramente neurocientífico sobre la validez de las evidencias. El objetivo de este artículo es señalar la necesaria aceptación crítica de los resultados de la neuroeducación para evitar un colonialismo neurocientífico como un reto al que la teoría de la educación debe enfrentarse.
Para ello, en primer lugar se justificará la introducción de la neuroeducación en el panorama educativo actual. En segundo lugar, se conceptualizará brevemente la neuroeducación y los neuromitos para poder después, a través de una metodología argumentativa y crítica, incidir en los factores de la aceptación de sus descubrimientos. En tercer lugar, para ejemplificar la aceptación crítica de estos, se analizarán las Inteligencias Múltiples de H. Gardner y su posible consideración como neuromito. Este análisis permitirá observar como no siempre las evidencias neurocientíficas, o falta de estas, son suficientes para considerar una teoría educativa peyorativamente como un neuromito. La discusión radica en la consideración de una falta de evidencia científica desde el diálogo interdisciplinar de la neuroeducación. A pesar del abierto debate sobre su consideración neurocientífica y sobre su utilidad a nivel pedagógico, las Inteligencias Múltiples están en sintonía con las consideraciones de las leyes educativas en los últimos años, las cuales han incidido de manera significativa en las competencias de aprendizaje, y en las metodologías y evaluaciones que comprendan al ser humano desde un punto de vista holístico, abriendo así la puerta al diálogo con otras ciencias.
The progress of neuroeducation in recent years has had an impact on the current understanding of education. As an interdisciplinary science, neuroeducation has provided great advantages over the description of neural correlates in the teaching-learning process, as well as in the detection of neuromyths. However its contributions are not lacking in a critical review from a philosophical perspective that goes beyond the purely neuroscientific questioning of the validity of the evidence. The main objective of this article is to point out the necessary critical acceptance of the neuroeducation results in order to avoid a neuroscientific colonialism as a challenge that educational theory must face up to.
Firstly we will justify the introduction of neuroeducation in the current educational landscape. Secondly we will conceptualize neuroeducation and neuromyths in order to later on, through an argumentative and critical methodology, analyze the factors behind the acceptance of its discoveries. Thirdly, the Multiple Intelligences theory of H. Gardner will be analyzed in order to exemplify these factors. This analysis will allow us to observe how neuroscientific evidence or lack of them is not always sufficient to consider an educational theory pejoratively as a neuromyth. The discussion lies in the consideration of a lack of scientific evidence from the interdisciplinary dialogue of neuroeducation. Despite of the open debate on its neuroscientific and on its usefulness at the pedagogical level, Multiple Intelligences theory are in tune with the considerations of educational laws in recent years, which have had a significant impact on learning competencies, and on methodologies and evaluations that understand the human being from a holistic point of view, thus opening the door to dialogue with other sciences.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados