A largo de la Edad Media, las epidemias se repetían con periódica obstinación. Las más comunes en el territorio andaluz fueron la viruela, el sarampión, el tifus y a partir de mediados del siglo XIV, la temida peste negra, que ya había hecho aparición durante la primera pandemia de los siglos VI a VIII. Los embates la enfermedad podían influir en la política, la sociedad y la economía, y amenazar el orden social y moral del momento. Este artículo analiza las formas en que se afrontaron los brotes epidémicos, de las que tenemos cuenta a través de fuentes de diversa índole: tratados médicos, literatura, crónica listas de impuestos, leyes, testamentos, sermones y otros registros escritos o visuales.
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