Brasil
La reestructuración del proceso productivo en Brasil provocó, primero con el gobierno Collor y luego con el de Cardoso, un proceso de desregulación, de flexibilización, de privatización acelerada, de desindustrialización. De modo paralelo a la retracción de la fuerza de trabajo industrial, aumentaron también el "subproletariado, los tercerizados, los subempleados", o sea las distintas modalidades del trabajados precarizado. El cuadro crítico del sindicalismo brasileño se acentuó, mientras disminuía claramente la voluntad política de romper la estructura sindical amarrada al Estado. El llamado "sindicalismo combativo" fue sólidamente cooptado por el gobierno Lula. Son embargo, existe hoy en Brasil una "Nueva morfología del trabajo". Más allá de las fracturas entre los trabajadores estables y precarios; de género, generacional y étnica; entre los trabajadores imperiosa de superar el productivismo por una concepción ambiental que articule ecología y trabajo, entre otros tantos desafíos todavía se acentúan las estratificaciones y fragmentaciones en función del proceso creciente de internacionalización del capital. A los sindicatos y demás formas de representación de las fuerzas sociales del trabajo, les toca intentar entender e incorporar la totalidad del trabajo social y colectivo: ¿cómo imaginar que un sindicalismo organizado verticalmente pueda representar ese nuevo y heterogéneo mundo del trabajo? Por lo tanto, la nueva morfología del trabajo obliga a repensar una nueva morfología de los organismos de representación del trabajo y de las luchas sociales de la cual son parte los sindicatos.
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