Ángela Emilia Mena Lozano, Ruth Elena Quiroz Posada
En el ámbito educativo la interacción entre los sujetos está mediada por una serie de tensiones que favorecen o inhiben la intencionalidad formativa de la escuela y la búsqueda de mayores niveles de calidad humana. Una de ellas está relacionada con la díada conocimiento-poder, que se desarrolla en prácticas como el diseño curricular, la investigación y la evaluación de los aprendizajes. La promoción positiva del poder en la escuela posibilita el desarrollo de la autonomía, el respeto y la solidaridad; por el contrario, su ejercicio negativo puede desencadenar efectos inversos a la finalidad de la educación como violencia, discriminación, aislamiento y pasividad frente al conocimiento, que no contribuyen al desarrollo humano y social. El presente artículo apunta a generar reflexión acerca del ejercicio del poder en las aulas, con el fin de impulsar acciones transformadoras que nos alejen del protagonismo docente.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados