En uno de sus libros, Ray Bradbury inventa a los hombres-libro, que guardarían, ante la brutal censura del fuego, memoria de los gozos y las sombras de los hombres, destinado uno al "Quijote", otro a la "Divina Comedia" y el de más allá a "Crimen y castigo". Si hubiera de hacerse algo similar con la televisión, con la televisión española por supuesto, una de las contadísimas personas-pantalla, capaz de convertirse en memoria viva, como protagonista de miles de horas ante los focos, sería Laura Valenzuela.
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