En la mañana del día 22 de Julio de 1366, caía al foso del Alcázar de Segovia, un niño llamado Pedro, hijo bastardo, aunque reconocido por su padre, de Don Enrique II de Castilla. El ama, cuya custodia tenía al niño encomendada, ante en terror de ver caer al tierno infante, se arrojó también al foso, yendo a estrellarse su cuerpo junto al del malogrado niño.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados