Síndrome alcohólico embriofetal. Un problema social.

• J.M Escudero ^[1] ; A Guerra ^[1] ; A Jorge ^[1] ; M.C Gónzalez ^[1] ; Y Valpuesta ^[1] ; M.B Arranz ^[2] ; J.C Silva ^[3]
  1. [1] medicina familiar y comunitaria
  2. [2] trabajadora social
  3. [3] médico pediatra

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• Localización: Trabajo social y salud, ISSN 1130-2976, Nº. 15, 1993, págs. 109-122
• Idioma: español
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• Resumen

  • En los países desarrollados, el consumo de drogas es un hábito arraigado que afecta a todas las clases sociales. La aparición en las últimas décadas de drogas como la heroína, cocaína o el crack, que producen efectos nocivos de forma temprana y alarmante, no debe hacernos olvidar que en España el tabaco y el alcohol siguen siendo las drogas con mayores tasas de morbimortalidad y más elevado coste económico para la sociedad.

    Los efectos patológicos bio-psico-sociales que el alcohol produce sobre el propio alcohólico son bien conocidos. Otros efectos negativos no menos importantes se producen sobre el entorno familiar, laboral o social. Entre ellos debemos incluir la repercusión negativa que sobre el feto tiene el hábito alcohólico de la gestante.

    Las primeras descripciones del síndrome alcohólico fetal (SAF) se realizaron por Lemoine (1968) y por Jones y Smith (1973) que relacionaron el alcoholismo gestacional con un síndrome específico caracterizado por una embriofetopatía recurrente y severa. La incidencia mundial de SAF es de 1,9 por cada 1000 nacidos vivos y está reconocido como una de las tres primeras causas de retraso mental en Occidente, además de producir una constelación de defectos en los recién nacidos.

    El diagnóstico del SAF no siempre es fácil, sobre todo en las formas moderadas y leves, por lo que nos parece importante alertar a todos los profesionales relacionados con la salud de cuáles son los conocimientos actuales sobre esta problemático multidisciplinaria. Para ello, presentamos un caso clínico que hemos diagnosticado en nuestro Centro de Salud y que es ilustrativo de cómo en muchos de estos niños la problemática social puede superar el problema médico.