Es cierto que Cascos dejará a principios de año su puesto en el partido, y también lo es que tiene menor relevancia pública de la que tuvo y que sus apariciones mediáticas son más escasas. Pero ir más allá es aventurado, y uno piensa que hay quienes confunden sus deseos con la realidad y ya ven al oso abatido y su piel colgada en la pared.
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