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El oficio de tinieblas de Miguel Rio Branco

  • Autores: Adolfo Montejo Navas
  • Localización: Exit: imagen y cultura, ISSN 1577-2721, Nº. 2 (Mayo/Julio), 2001 (Ejemplar dedicado a: Sobre la piel), pág. 108
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • pesar de no considerarse espiritualmente localizable en ningún país, y sí en varias culturas, como la española, la francesa, la americana y la brasileña, ya hermanadas con los años, o quizás también por eso, Miguel Rio Branco (Las Palmas de Gran Canaria, 1946) es uno de los fotógrafos brasileños más internacionales.

      Cualquier acercamiento a su poética fotográfica pasa por una ¿trinidad¿ estética omnipresente que lleva de los colores a las texturas y de las texturas al misterio, como lleva de la morfología del realismo desconstruido a la semántica de íconos poéticos. De hecho, las imágenes de Miguel Rio Branco están dentro de un realismo que a veces pierde su principio de realidad pero nunca de deseo. La desconstrucción es posible por la naturaleza cambiante de la realidad -que nunca es fija y sí camaleónica- y por la mirada a-documental del fotógrafo que la transforma en símbolos. Así el tema no es nunca asunto, sino concepto, y sobre todo, nunca es predeterminado o intransformable.

      ¿Entre lo real y lo irreal, lo físico y lo metafísico, lo sagrado y lo profano, el cuerpo y el fragmento, el hombre y la bestia¿, son estados fronterizos, registrados por las palabras de Ligia Canongia, que llevan a deslimitar el campo de operaciones fotográficas de Miguel Rio Branco, donde cada imagen sobrepasa el ámbito de su argumento Dueño de una cuidada bibliografía de autor, los libros ¿Dulce Sudor Amargo¿, ¿Nakta¿, ¿Miguel Rio Branco¿, ¿Silent book¿ y ¿Pele do tempo¿ respiran la poética del color dialogando con la capacidad de su imagética: !cuántas fotografías conversan a través de sus colores!. Las necesidades expresivas siempre fueron el leitmotiv de los cambios de percepción que vive produciendo su fotografía en el horizonte de las artes plásticas. Desde hace varias décadas, la edición de sus imágenes vienen contando con materiales y soportes diversos, equipamiento electrónico, sonido, tendiendo cada vez más hacia una fotografía plural, abierta a los 4 puntos cardinales, a la utopía de que las imágenes no sólo se relacionen intrínsecamente con otras artes como el cine o la pintura, sino con la poesía y la música. La asociación imagen a imagen ¿casi cine¿ característica del fotógrafo cada vez más se orienta hacia un encadenamiento visual que lleva a una fotografía musical, prácticamente a composiciones, donde el collage, el montaje y la música son las tres voces cantantes.

      En la entrevista realizada en el estudio de Santa Teresa, en Río de Janeiro, durante una larga y calurosa tarde de enero de 2001, el fotógrafo amante de un arte que importe, lejos de cierto mundo light contemporáneo, confesó las cicatrices de otros tatuajes, su sintonía con el barroco y el jazz, y la presencia de esas fuerzas atávicas que son eros y thanatos en su arqueología de lo existente.

      Después de escrutar los caminos de las sombras, Miguel Rio Branco quiere escudriñar el lado dramático de la luz. El oficio de tinieblas de su fotografía continúa. Tal vez por eso no tenga ninguna fotografía inocente.

      - Observando tu obra en conjunto, a través de ¿Dulce sudor amargo¿, ¿Coração espelho da carne¿ y el último trabajo ¿Pele do tempo¿, ella parece una cartografía corporal.

      Mi trabajo tiene mucha conexión con la piel, porque ella es la superficie que nos conecta con este mundo, tanto en el placer como en el dolor. Ella es un diálogo entre exterior e interior, una separación y al mismo tiempo una conexión. (...)


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