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Weegee. Crímenes y desastres. Weegee y Warhol

  • Autores: David Hopkins
  • Localización: Exit: imagen y cultura, ISSN 1577-2721, Nº. 1 (Enero/Marzo), 2001 (Ejemplar dedicado a: Delitos y faltas), pág. 49
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • En 1964 Andy Warhol decoró la fachada del New York State Pavillion en la Feria Mundial que aquel año se celebró en Flushing Meadow, Nueva York, con una serie de representaciones serigrafiadas de algunos criminales buscados por el departamento de policía de la ciudad. Tituló a la pieza Los trece hombres más buscados. Tal vez no ha de sorprendernos que los organizadores consideraran las imágenes inaceptables y que Warhol terminara cubriéndolas con la pintura plateada que ya se había convertido en su marca personal.

      El gesto de Warhol puede leerse de muchas maneras. En tanto que se trataba esencialmente de tomas de frente típicas de los registros policiales, la reutilización que hace de este tipo de imágenes podía leerse como un guiño irónico a una tradición preocupada con los indicadores fisiognómicos de la criminalidad que se remonta a las teorías de Francis Galton y Alfonse Bertillon en el siglo XIX. Al mismo tiempo, Warhol tenía probablemente en mente el ready made rectificado de Marcel Duchamp, uno de los artistas claves a los que se remite como modelo, y quien en 1923 había pegado fotografías de él mismo sobre un afiche falso de SE BUSCA RECOMPENSA $2000.

      Hay, sin embargo, un punto de referencia central para este gesto que no ha sido analizado prácticamente hasta ahora. Se trata del trabajo del gran exponente de la imagen criminal en la fotografía estadounidense del siglo XX: Weegee. Dado que hay más alusiones al trabajo de Weegee en la obra de Warhol, parece que es momento de que estas figuras, aparentemente dispares, sean puestas en relación de manera convincente. Este ensayo explora la cuestión del diálogo histórico establecido por Warhol y Weegee y toca un conjunto de temáticas compartidas, particularmente el voyeurismo, el trauma, la fama y la criminalidad. Para las audiencias contemporáneas, Warhol es un artista mucho más conocido que Weegee. Así, este ensayo comienza con una introducción histórica de Weegee y muestra cómo sus preocupaciones como fotógrafo se ajustan a ciertos cambios culturales que tuvieron lugar en el periodo que parte de la Segunda Guerra Mundial. Finalmente regresa al tema de Warhol y sus Hombres más buscados.

      Presentando a Weegee El nombre Weegee es un invento. Las historias difieren, pero se deriva o bien de su trabajo como ¿squeegee boy¿ en el cuarto oscuro del New York Times a principios de los años veinte (los squeegees ¿enjugadores de goma- se utilizaban para retirar el exceso de agua de las impresiones fotográficas antes de ponerlas a secar), o por la tabla de Ouija tan de moda en esa época, pues se suponía que Weegee poseía poderes de adivinación ocultos. A este respecto la fama adquirida por Weegee como fotógrafo tenía más que ver con su instinto callejero y un oportunismo propio de un embustero: no había nada particularmente místico u oculto involucrado. Había nacido de padres judíos con el nombre de Usher (más tarde Arthur) Fellig en 1899 en el pequeño pueblo de Zlothev (anteriormente en Austria y ahora parte de Ucrania). La familia emigró a América, o más bien, a los ghettos de inmigrantes del Lower East Side de Nueva York, cuando Weegee tenía diez años. Huyendo de las penurias familiares, se fue de su casa pronto y aprendió sólo la técnica fotográfica, en parte por necesidad y en parte por vocación estética. Trabajó durante años como asistente de laboratorio, primero en el New York Times y luego en Acme Newspictures, una agencia proveedora de fotografías para un buen número de tabloides neoyorquinos. (...)


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