El retroceso de la agricultura periurbana en Mendoza es un tema de la agenda de la política de ordenamiento territorial. Esta incorporación ha estado motivada por la constatación de la pérdida de espacios agrícolas en el Área Metropolitana de la ciudad, que continúa en aumento a pesar de los esfuerzos políticos por evitarlo. A partir de un enfoque que entiende la política como un proceso atravesado por ambigüedades y contradicciones el artículo sostiene que el ordenamiento construye el retroceso de la agricultura del periurbano predominantemente como una consecuencia del driver de la urbanización. Sin embargo no visualiza claramente la influencia de otros determinantes propios de la estructura socioeconómica que también inciden en el debilitamiento de esa agricultura. El artículo demuestra que la urbanización es un fenómeno en espiral porque impacta sobre el valor del suelo y así refuerza y acelera el retroceso de estos espacios agrícolas. El trabajo concluye que el principal desafío que se le presenta a la política de ordenamiento es el de incorporar con claridad y contundencia la renta del suelo. Es este el aspecto más critico en el rol del estado frente al debilitamiento de los periurbanos en Mendoza.
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