Sabor a mar. Santander es una bella ciudad que mira al mar con orgullo y satisfacción. Orgullo por por su bonita bahía, y satisfacción, porque este bravío mar es su gran despensa natural, variada e inagotable no hay más que darse una vuelta por el Mercado de la Esperanza para ver la variedad de peces y mariscos que llegan diariamente a sus mostradores y de paso, admirar este singular edificio, muestra de la arquitectura en hierro decimonónica declarado monumento histórico-artístico
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