A medida que aumenta la conciencia social y medioambiental de las organi-zaciones –en muchas ocasiones, motivado por el creciente interés de los consumidores por productos y servicios que sean sostenibles–, también hay que ir actualizando qué es lo que las empresas entienden por valor. Y es que, además de generar valor económico, también se pide a las compañías que informen de sus impactos en la sociedad y en la sostenibilidad del planeta. Pero ¿cómo calcular ese valor? En este artículo se toman como ejemplos varios casos prácticos para definir los principales tipos de valor que genera una organización y explicar qué metodologías se pueden utilizar para medirlos
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