Artículo de investigaciónLas prácticas cotidianas de movilidad de una ciudad como Bogotá y las acciones públicas propuestas para la implementación de un sistema eficaz y eficiente como es el SITP merece ser analizado con mucha rigurosidad en tanto es pertinente señalar qué tanto de lo expresado y lo no expresado en los debates para su implementación se pueden haber “sintetizado” en su formulación. Se partió de una razón inapelable: la causa fundamental del caos en la movilidad, no es sólo el “centaveo” -adjudicada al transportador propietario-existen varias causas generadas por otros actores de la prestación del servicio tales como: las empresas afiladoras, la Secretaria Distrital de Movilidad, la insuficiente infraestructura y los usuarios. Con base en esta premisa, hacia el transportador y hacia este fenómeno apuntaron todas las miradas. Sin embargo es incuestionable que con la promulgación del SITP surgen unas disonancias entre lo que es en teoría una ciudad operativa, y la práctica de un ordenamiento. Desde esta perspectiva las “prácticas cotidianas de movilidad” son algo más que desplazamiento, son las consecuencias de una Economía Política modestamente identificada y a la cual se debe acudir cuando se quiere dar cuenta de los problemas.
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