El Consejo de Ministros de 4 de abril de 2014 acordó aprobar el Anteproyecto de Ley Orgánica del Poder Judicial. Se puede pensar que treinta años son muchos para la vigencia de una norma –a pesar de que, hay que insistir en ello, ha sido sucesivamente actualizada y renovada–, y conviene sustituirla por otra; pero para sostener tal afirmación se requiere que la mayor parte del nuevo texto sea verdaderamente novedoso, incorporando instituciones hasta entonces inexistentes y dando un tratamiento distinto a las ya reguladas.
En el presente caso, se ha anunciado a bombo y platillo la elaboración de una nueva LOPJ; pero cuando se analiza su contenido, se descubre que el cambio radical afecta únicamente a la organización judicial, y no en relación con todos los tribunales, sino sólo con algunos, constituyendo el resto de las modificaciones ocurrencias que, en su mayor parte, es previsible que desaparezcan del texto final.
Este trabajo se centrará en la exposición y breve análisis de los cambios recogidos en el ALOPJ que resultan realmente sustanciales, adelantando ya desde ahora el criterio desfavorable a prácticamente todos ellos, no sólo por la falta de debate con que se han planteado, sino por el resultado al que conducirían, pues es de prever que su aplicación originaría un caos absoluto en los tribunales, dando probablemente el golpe de gracia a la Administración de Justicia en España.
The Spanish Council of Ministers of April 4th, 2014, agreed to adopt a Draft Bill on the Judiciary. One may think that, as thirty years is a long time for a regulation to be in force (although it must be stressed that the Organic Law on the Judiciary [Ley Orgánica del Poder Judicial] has been updated and renewed several times), it should be replaced. However, in order to support that statement, the bulk of the new text has to be a real novelty, adding previously non-existing institutions and giving a different treatment to the ones already regulated.
In the present case, the drafting of a new Act on the Judiciary has been announced with great fanfare. But if we analyse its content we see that those “radical changes” just tackle with the organization of the judiciary, and do not even affect every court but just some of them. The remaining changes are witticisms that will probably disappear from the final text.
This paper presents, and briefly analyses, those changes with real substance included in the Draft Bill on the Judiciary. However, the author announces in advance his negative opinion on most of the changes, due not only to the lack of debate during its drafting but also to the outcome they would lead to; it is foreseeable that its implementation would lead to total chaos in the courts, striking the coup the grâce against the Spanish Justice Administration.
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