La presente investigación se centra en la percepción que los letrados del Turno de Oficio del partido judicial de Zaragoza tienen en cuanto al servicio prestado por los intérpretes que les son asignados para poder comunicarse con sus clientes. La situación legal española en materia de interpretación judicial viene caracterizada por una legislación anacrónica y una externalización que han provocado duras críticas por parte de los profesionales y la doctrina. La investigación ha querido, por ello, conocer la opinión de unos de los colectivos más importantes ante los tribunales: los abogados. Para dicha investigación se optó por combinar la investigación cualitativa del grupo de discusión con la denominada teoría fundamentada (grounded theory) definida por Glaser y Strauss en 1967. La teoría fundamentada propone crear teoría a partir de datos obtenidos mediante la investigación social. Las conclusiones del estudio son múltiples. Los abogados relataron diferentes anomalías y conductas que transgreden abiertamente los principios procesales más elementales. Los abogados reprocharon tener que trabajar con personas sin titulación alguna (que denominan descriptivamente «traductores oficiosos») y hablaron de «corruptelas» en su presencia. Las quejas atañen la calidad de la interpretación (interpretaciones libres, falta de competencia lingüística), la conducta impropia del intérprete (aceptando dinero) y sin profesionalidad (ausencia de neutralidad) o la falta de mecanismos de control para abogados y jueces.
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