Con la alarma ante el cambio climático, que alcanzó un punto de gran efervescencia en 2019, no solo se ha generado en la población y en las marcas) una mayor sensibilización respecto a la sostenibilidad. Como efecto colateral, el consumo ha pasado de ser simplemente una experiencia (funcional o emocional) en relación a un producto o un servicio, a situarse en el centro del problema. Y eso ha hecho a las marcas tomar posiciones. Así se explica el siguiente artículo.
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