La industria española de alimentación y bebidas cuenta con casi medio millón de trabajadores, afiliados en las más de 30.000 compañías que componen el sector, en su mayoría pequeñas y medianas empresas, y es el primer sector industrial del país. Esta posición estratégica es fruto de una larga trayectoria industrial asentada en los cimientos de un crecimiento basado en la calidad, variedad, sabor y seguridad que caracterizan nuestros productos.
La evolución del sector en estos últimos años ha tenido una tendencia positiva y ha permitido fortalecer su competitividad en variables clave como la producción, el empleo o las exportaciones. Sin embargo, la crisis sanitaria provocada por la covid-19 ha impactado gravemente en la economía de nuestro país, provocando una depresión económica que ha afectado a todos, y el sector alimentario no es una excepción. A causa de las circunstancias derivadas de la pandemia, estimamos una pérdida de entre 4.000 y 11.000 puestos de trabajo, así como el cierre de cerca de 800 empresas. En cuanto a la producción, de nuevo esta cifra podría caer hasta en 10.000 millones este año 2020. El cierre de la hostelería y la práctica paralización del turismo son algunas de las causas que están impactando más en nuestra industria. Las circunstancias dadas por el desarrollo de la pandemia global de la covid-19 nos dejan un escenario de incertidumbre. Sin embargo, la industria alimentaria ha demostrado tener músculo y capacidad para garantizar la producción y satisfacer las demandas de los consumidores en las circunstancias más complejas y difíciles. Apostamos por la digitalización y la innovación para seguir ofreciendo calidad, seguridad y variedad a los consumidores.
Pedimos la colaboración público-privada y medidas que nos permitan seguir siendo la locomotora económica y social del país.
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