La dirección de los ejércitos en campaña siempre ha sido una tarea difícil y más en una época en la que la evolución de los armamentos y las tácticas al uso habían sembrado la incertidumbre en los analistas militares. En el llamado Siglo de las Luces, los entresijos de la diplomacia anudaron alianzas internacionales que, en los momentos de conflicto, implicaron la aportación de contingentes de tropas para llevar a cabo esfuerzos militares combinados. Estos ejércitos coaligados, cuyos integrantes defendían los intereses de sus propios Estados, difícilmente fueron capaces de someterse a un mando militar único, incidiendo negativamente en el resultado final de las operaciones. La batalla más importante que tuvo lugar durante la guerra de Sucesión española en la Península, Almansa, significó una completa derrota del ejército austracista, amalgama de fuerzas lanzadas al combate por jefes de opiniones diversas y espoleados por unas cortes tan solo preocupadas en sacar el mejor rédito del conflicto, desconociendo muchas veces la real situación estratégica.
The army leadership in campaign has always been a difficult task, especially at a time when the evolution of armaments and tactics were changing the face of war. In the Age of Enlightenment, the complexities of diplomacy induced international alliances, which, in times of conflict, involved the contribution of troops to carry out some combine actions. These coalition armies, whose members defended their own interests, were hardly able to submit to a supreme command, adversely affecting the final outcome of the operations. The most important battle that took place during the Spanish War of Succession in the Peninsula, Almanza, was a complete defeat of the Allied army, a mixture of forces launched into combat by leaders of diverse opinions and spurred by governments just concerned with getting the most out the conflict, often ignoring the real strategic situation.
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