Partiendo de la base incuestionable de que "la sociedad romana, como todas, está basada en la desigualdad", se constata que la mujer en Roma, como en la mayor parte de los pueblos antiguos, no está equiparada al hombre, y desde el punto de vista jurídico, se encuentra en una posición de inferioridad respecto a éste, encontrándonos causas de todo tipo en la base de esta situación. Ello lo podemos apreciar tanto en el ámbito del derecho público como en el privado, teniendo en cuenta que Roma tiene una vigencia histórica de aproximadamente trece siglos y que no fue lineal ni única la forma de desenvolverse, antes bien, se conocieron distintas formas de afrontar la realidad a que nos vamos a referir.
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