Málaga, España
Esta aportación trata de mostrar la importancia de una ley imperial romana de finales del s.V, atribuida al Emperador Zenón sobre el modo en que debían construirse las casas y edificios privados. La ley de Zenón constituye un antecedente muy destacado de las actuales legislaciones urbanísticas, por el moderno tratamiento que ofrece de algunas cuestiones urbanísticas, entre las cuales destaca la distancia intermedia que debía mediar entre los edificios, la altura máxima permitida y las vistas del mar. La Ley, promulgada en origen para la ciudad de Constantinopla (en la actualidad, Estambul) pronto fue extendida y aplicada a todas las ciudades del Imperio por el emperador Justiniano y, de hecho, sabemos que estuvo vigente en Lisboa hasta 1755, año en que la ciudad portuguesa queda absolutamente destruida por uno de los terremotos más terribles de la historia. Como otras creaciones igualmente geniales, la Ley de Zenón se promulgó por pura casualidad, en el sentido que el emperador sólo quiso aclarar algunas dudas e incertidumbres que, al parecer, suscitaba la legislación anterior; sin embargo, ese intento trascendió el objetivo inicialmente propuesto, estableciendo una serie de prescripciones jurídicas sobre cuestiones variopintas: dimensiones de las calles, espacios libres, altura de las casas, distancias intermedias, panorámica del mar, tiendas, obras sin terminar, etc.
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