La crisis global del Covid-19 ha puesto en evidencia un cúmulo de fracasos en numerosos países de todo el mundo. En Argelia, el problema es aún más grave, en la medida en que un movimiento de considerable peso como el Hirak, caracterizado por su pacifismo y apertura al pluralismo político, se viene extendiendo por todo el país desde el pasado 22 de febrero de 2019. Ahora, con ocasión de las medidas de prevención que se están llevando a cabo durante la crisis sanitaria, el gobierno argelino puede, asimismo, legitimar la lucha contra este movimiento. La falta de anticipación de dichas medidas contra el contagio (sanitarias, económicas y sociales) y la ausencia de un acompañamiento real de la población revelan la gravedad de la situación argelina. Así, es importante alentar las iniciativas procedentes de abajo para salvar el país: las poblaciones cabilas, por ejemplo, han demostrado un gran espíritu de civismo que los ha llevado a auto confinarse y tomar todas las medidas necesarias para evitar la propagación del virus. Hemos visto, pues, cómo la iniciativa de los habitantes de cada región puede contribuir a reactivar la economía y el desarrollo plural del conjunto del país.
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