Pavía, Italia
El 15 de agosto de 1567, después de una agotadora marcha de más de 1200 km, el duque de Alba hacía su entrada triunfal a la cabeza de su ejército en la capital de los Países Bajos borgoñones. Con una media de unos 23 km diarios, los 10 000 soldados que componían la fuerza expedicionaria, encargada de acabar con la rebelión de Flandes y restaurar la autoridad de su legítimo señor, habían completado el viaje en 56 días. Habían partido de Milán el 20 de junio con la ardua tarea de llegar a su destino, lo que inauguró el conocido Camino Español. El largo recorrido que unía el Milanesado con Bruselas, pasando por los dominios del duque de Saboya, el territorio del Franco Condado de Borgoña, y Lorena, representó durante varias décadas la principal vía empleada por las autoridades hispanas para hacer llegar refuerzos al ejército que pugnaba contra los rebeldes holandeses.
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