Hoy para muchos ISOTYPE es sólo una corriente gráfica. Pero, más allá de sus característicos signos, este método de visualización se define por su orientación social y su capacidad de procesar información relevante para transmitirla de forma sencilla, orientada a un público amplio. Casi cien años después de que Otto Neurath lo concibiera, diseñadores o publicistas siguen explotando en sus creaciones. En este texto, Samuel Granados comparte una reflexión, sobre la gran influencia de este método en la infografía contemporánea. En un primer nivel de lectura, a través de las voces y experiencias de algunos de los profesionales más representativos (Álvaro Valiño, Mónica Serrano, Artur Galocha, Raúl Camañas, Weiyi Cai, Ferrán Morales, Pablo Gutiérrez y Giselle Ferro) nos remite en términos generales a la presencia actual en la profesión de infografista. Un segundo nivel, remite a su experiencia personal y colectiva desde el diario Público, en su primera etapa, y las trayectorias de buena parte de los componentes del equipo de infografía. Este fue un espacio en el que el legado de ISOTYPE estaba muy presente en su día a día y contribuyó en gran medida a la asimilación por otros compañeros de profesión a nivel nacional. Sus infografías sobre ciencia, economía, política o cultura también llegaron a trascender su vida útil en el papel del diario para ser usadas en colegios o juzgados. En términos generales, en un tercer nivel, desbordando la noción de ISOTYPE como una fórmula estética, esta reflexión despliega algunos de los rasgos definitorios de la función del ‘transformador’, desde los aspectos formales de la representación a los requerimientos de su función social e informativa.
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