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Resumen de Guitare portuguaise et fado

Anne Caufriez

  • El fado es una canción de amor y de nostalgia (saudade) que nació en los barrios bajos de Lisboa, en el cambio del siglo XVIII al XIX. A partir del siglo XIX, el instrumento que acompaña al fado es la guitarra portuguesa (de cuerdas punteadas o pellizcadas. Su tabla de armonía presenta un orificio de resonancia redondo mientras que su mango está provisto de 17 a 22 trastes y su clavijero termina en abanico. Esta guitarra proviene de la cítara clásica en su evolución tardía del siglo XVII. El portugués Galrao y el inglés Simpson le aportan sucesivas modificaciones. La guitarra portuguesa llegó al medio campestre para animar los bailes. La Severa encarna en el siglo XIX el gran mito nacional del fado. Procedente de las chabolas, trabajó en una casa de prostitución de la Morería (barrio de Lisboa). Esta cantante de talento estaba relacionada con el medio de la tauromaquia ecuestre, de la cual el conde de Vimioso, prendado de ella, era un símbolo. Julia Florista o la Cesárea son otras mujeres fadistas ilustres. El fadista masculino de esta época es descrito como un parásito social, que vive de gorra. Más tarde, practicará algunos oficios. A fines del siglo XIX el fado se cantaba en los huertos de Lisboa, situados a lo largo de los caminos transitados por los toros que se encaminaban a la arena. Se convierte entonces en un canto de diversión para banquetes y bodas. Destacan algunos nombres de cantantes y guitarristas como Antonio Casaca, Caetano Calcihnas o Joao Black. La edad de oro del fado se situaría en los años 1930-1950. A partir de los años 30 el fado perdió poco a poco su carácter instantáneo y espontáneo en provecho del profesionalismo, alentado por la radio. Entonces evolucionó hasta el momento cuyos máximos representantes fueron Amalia Rodriguez y Alfredo Marceneiro


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