La historia de Málaga está íntimamente relacionada con el mar, al que debe su cosmopolitismo y su universalidad. Desde la época fenicia el comercio marítimo fue la clave el desarrollo de nuestra ciudad. Y naturalmente, al menos desde la época Moderna, fur imprescindible la existencia de una Aduana. Varios fueron los proyectos para construir el adecuado edificio, pero no fue hasta fines del siglo XVIII cuando, en 1787, gracias a José y Miguel de Gálvez, el ministro de Hacienda autorizó iniciar la obra de esta gran edificio.
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