EL maestro racional de la Corona de Aragón y la revisión de cuentas de la Taula de Canvi de Pere Des Caus y Andreu D'Olivella

• Gaspar Feliú ^[1]
  1. [1] Universitat de Barcelona

     Universitat de Barcelona

     Barcelona, España

     
• Localización: La Unión Europea, un reto para las empresas y los profesionales españoles / coord. por Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas, Vol. 1, 1997, ISBN 8486414946, págs. 935-955
• Idioma: español
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• Resumen

  • A principios de 1381 suspendió pagos en Barcelona la banca de Pere des Caus y Andreu d'Olivella, a causa de la insolvencia del rey Pedro el Ceremonioso. La revisión de las cuentas entre la banca y la tesorería real fue encargada al maestro racional, el cual modificó la liquidación presentada por los banqueros en un sentido mucho más favorable al rey. La no aceptación de estas cuentas por los cambistas y los prestamistas y el hecho de que el monarca, prescindiendo de la legislación sobre quiebras bancarias, se preocupase sólo por pagar a nobles y cortesanos, motivó una larga serie de conflictos, que no habían terminado todavía a la muerte del rey.

    Como sucedía a otros muchos monarcas de su época, los ingresos de Pedro el Ceremonioso (1336—1387) eran muy inferiores a sus gastos, tanto militares como cortesanos. Ante esta situación, los expedientes para salir adelante eran principalmente dos: la venta de patrimonio, que permitía ingresos inmediatos a costa de recortar los futuros, y el crédito, que sólo podía obtener a tasas de interés muy elevadas.

    A principios de 1381 la taula o banca de Pere des Caus y Andreu d'Olivella ,! principal prestamista, directo o indirecto, de la monarquía, experimentaba dificultades de liquidez que acabaron en una suspensión de hecho de los pagos. El principal motivo de iliquidez era la imposibilidad del monarca para devolver a los créditos que generosamente le había concedido el banco: las rentas que había asignado al servicio de sus obligaciones resultaron insuficientes y las ventas de patrimonio, que quizá podían haber resuelto la situación, fueron escasas y tardías. Dentro del mismo año experimentaron dificultades semejantes otras casas de banca también acreedoras de las cortes del rey o del primogénito (el futuro Juan I): la de Pere Pascual y Arnau Esquerit en Barcelona, la de Ramon Medir en Gerona y la de Bartomeu Garí en Perpiñán.

    Aunque Usher (1931 y 1943) utilizó una parte de los libros contables de la taula y llamó la atención sobre su importancia, su quiebra no fue estudiada hasta bastantes años más tarde por Ramon Gubern, en una comunicación al X Congreso Internacional de Ciencias Históricas (Roma, 1955), de la que solamente se publicó un resumen de dos páginas (Guerra, 1955), dado a conocer básicamente por Vicens Vives (1956, p. 18 y 1959, p. 212—213).

    La visión de Gubern es fundamentalmente correcta, aunque muy sucinta. Hace algún tiempo retomé el tema a partir de la mención de un manual notarial con documentos relativos al sindicato de acreedores de la banca (Ri, 1990—1991, p. 210, nota 60). Paralelamente Rafael Conde estaba estudiando los libros de dicha taula con mucha mayor profundidad que lo hiciera Usher y nos ha dejado un valuosísimo y esclarecedor artículo sobre los mecanismos contables y su plasmación escrita ( Compr, 1988). Por mi parte, lo que había proyectado como una pequeña investigación sobre los impositores ha alcanzado proporciones quizá incluso excesivas, de manera que aquí solamente puedo presentar un aspecto parcial, el más próximo a los temas contables: la liquidación de las cuentas entre el rey y la taula de Pere des Caus y de Andreu d'Olivella.

    Técnicamente la operación se presenta como una auditoría de cuentas por parte del interventor general de la monarquia, el maestro racional; en realidad, como podremos Ver, fue algo más Parecido a un ajuste de cuentas.