Los libros de cuentas en la jurisdicción mercantil privativa. Un contable ante los tribunales:: el pleito de Gregorio French contra Antonio Matheu en el Consulado de Comercio de Barcelona. Años 1764-1766

• Autores: Esteban Hernández Esteve
• Localización: La Unión Europea, un reto para las empresas y los profesionales españoles / coord. por Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas, Vol. 1, 1997, ISBN 8486414946, págs. 989-1008
• Idioma: español
• Texto completo no disponible (Saber más ...)
• Dialnet Métricas: 1 Cita
• Resumen

  • Por Real Cédula de 16 de marzo de 1758 fueron establecidas en Barcelona tres instituciones relacionadas con el comercio: un Cuerpo o Comunidad de Comerciantes Matriculados, una Junta Particular de Comercio para cuidar de su gobierno y un Consulado de Comercio para determinar todos los contenciosos, inhíbiendo expresamente a la Audiencia de Cataluña y a otros cualesquiera Tribunales del conocimiento de los tres órganos expresados y de sus negocios, que quedaron sujetos directamente a la Junta General de Comercío y Moneda.

    Hasta el 24 de febrero de 1763 no se aprobaron por Real Cédula las Orde— nanzas gubernativas o de régimen interíor que habían de regir el funcionamien- to de díchos organismos, debido al retraso sufrido en la redacción de las mis— mas por parte de la Junta Particular de Comercio a la que se había encargado su confección. Mayor retraso sufrieron aún las Ordenanzas contenciosas o judiciarías regulando la actividad mercantil de los comerciantes del Principado, que debían servir de soporte en la resolución de los juicios. Dichas Ordenan— zas fueron enviadas a Madrid el 15 de marzo de 1766, pero no fueron nunca aprobadas. En su lugar, la Junta General de Comercio y Moneda dictó en 1 de septiembre de 1766 una Orden relativa a los libros de cuentas que debían tener los comerciantes al por mayor del Principado de Cataluña, bajo el título de ”Reglas que ha de hacer observar el consulado de Barcelona a los Comerciantes para Libros de sus tractos y comercios”. Hasta que dicha Orden se dictó, el Consulado de Comercio de Barcelona tuvo que resolver los contenciosos utilizando la normativa contable que se había venido aplicando anteriormente.

    Este fue el caso del pleito interpuesto por el comerciante Gregorío French en 1764 contra el administrador y contable Antonio Matheu, que se había hecho cargo de sus negocios a la muerte de su padre. Aparte del sueldo concertado, los tutores de Gregorio le habían prometido a Antonio una participación en los beneficios de la empresa para estimularle a gestionar adecuadamente los negocios de la misma. Como Antonio Matheu era quien llevaba los libros, se abrió una cuenta en la que se iba abonando directamente la parte de beneficios que, según él, le correspondía. Después de haber liquidado las cuentas, Gregorio llegó al convencimiento de que había pagado de más y llevó a Antonio ante el Tribunal del Consulado de Comercio.