México
Por décadas, los migrantes irregulares centroamericanos en su paso por México rumbo a Estados Unidos han sufrido abusos y violencia por parte de mafias, pero también por parte de las autoridades que deberían no solo aplicar la ley de fronteras, asunto que no se puede obviar, sino también protegerlos en conformidad con acuerdos internacionales. Solo en fechas recientes la presencia de este colectivo comienza a llamar la atención generalizada de la sociedad mexicana, sobre todo, como consecuencia de la organización de las llamadas “caravanas de migrantes”, iniciadas en 2018. Este artículo analiza la reacción del Estado mexicano a las caravanas y a las presiones estadounidenses para detenerlas, que ha transitado de una política de puertas abiertas con un compromiso mayor en la defensa de los derechos de estos extranjeros en su territorio, al cierre de su frontera sur, incrementar las deportaciones y utilizar a los migrantes como moneda de cambio en sus negociaciones comerciales con la Administración Trump
For decades, undocumented Central American migrants crossing Mexican territory on their way to the United States have suffered abuse and violence by cirmiinal groups, but also by law enforcement officials who should not only enforce the border law but also protect them in accordance with international agreements. Only recently the presence of this mass of people begins to attract the attention of Mexican society, especially as a result of the emergence of so-called "migrant caravans" that initiated in 2018. This article analyses the reaction of the Mexican State to caravans and American pressure to stop them, which has moved from an open-door policy with greater commitment to the defense of the rights of these foreigners in its territory, to prevent their entry, increasing deportations and using them as bargaining chip in Mexican trade negotiations with the Trump Administration.
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