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La captura del Estado peruano por el narcotráfico: El caso de los “cuello blanco del puerto”

    1. [1] Universidad de Salamanca

      Universidad de Salamanca

      Salamanca, España

  • Localización: RESI: Revista de estudios en seguridad internacional, ISSN-e 2444-6157, Vol. 6, Nº. 2, 2020, págs. 175-191
  • Idioma: español
  • Títulos paralelos:
    • The Capture of the Peruvian State by Drug Trafficking: The case of «the white collars of the port»
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      Desde los años ochenta el Perú es una pieza clave en el escenario internacional del tráfico de drogas. Segundo productor de cocaína del mundo y uno de los países donde se cultiva el principal insumo, la hoja de coca, el puerto de El Callao, siendo uno de los principales puertos de América Latina por su volumen, se presume que es desde donde salen importantes cargas de esa droga. La interceptación de las comunicaciones en 2018 para investigar el crimen organizado violento que se desarrollaba en esa Provincia, desveló una red de jueces, fiscales, congresistas, empresarios, que colaboraban con los narcotraficantes favoreciéndoles con la impunidad. No es el primer intento de captura del Estado peruano por el narcotráfico. En la década de los noventa, el gobierno de Fujimori-Montesinos, utilizó el dinero del narcotráfico –entre otros-para sobornar a las más altas autoridades del país: jefes militares, Corte Suprema, Fiscal de la Nación, medios de comunicación, empresarios, todos afines al gobierno. Los “narcoindultos” del segundo gobierno de Alan García son otro síntoma de la gravedad de la colaboración de autoridades de las más altas esferas del Estado con los poderosos narcotraficantes. Se pone en evidencia la “doble moral” de la Política Criminal peruana contra el tráfico internacional de drogas, fuerte para los débiles y débil para los fuertes: penas altas para los pequeños traficantes e impunidad para los que se encuentran en el vértice de las organizaciones criminales. Además, resulta preocupante la enorme capacidad corruptora del dinero proveniente del narcotráfico(blanqueo de dinero)para capturar miembros de los poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El caso “cuellos blanco del puerto” es una muestra empírica de la intersección de la corrupción judicial –y sus adláteres-dentro del Estado peruano y las organizaciones del crimen organizado. Para conjurar estas alianzas, es preciso poner el acento en la punición delos delincuentes de cuello blanco del narcotráfico y sus colaboradores: abogados, jueces, fiscales, etc., que utilizan su profesión como tapadera para enriquecerse personalmente, en desmedro del bien común.

    • English

      Since the 1980s, Peru has been a key player in the international drug trafficking scenario. The second largest producer of cocainein the world and one of the countries where the main input, the coca leaf, is grown, the port of El Callao, being one f the main ports in Latin America due to its volume, is presumed to be where important cargoes of this drug leave from. The interceptionof communications in 2018 to investigate the violent organized crime that was taking place in that province revealed a network of judges, prosecutors, congressmen, and businessmen who were collaborating with drug traffickers, favoring them with impunity. This is not the first attempt to capture the Peruvian State for drug trafficking. In the 1990s, the government of Fujimori-Montesinos used drug trafficking money -among others-to bribe the country's highest authorities: military chiefs, the Supreme Court, the Attorney General, the media, and businessmen, all of whom were close to the government. The "narco-indulgence" of Alan García's second administration is another symptom of the seriousness of the collaboration of authorities from the highest spheres of the State with the powerful drug traffickers. The "double standard" of the Peruvian Criminal Policy against international drug trafficking is made evident, strong for the weak and weak for the strong: high penalties for small-scale traffickers and impunity for those at the apex of the criminal organizations. In addition, the enormous corrupting capacity of money from drug trafficking (money laundering) to capture members of the powers of the State: Executive, Legislative and Judicial, is of concern. The "case of the white collars of the port"is an empirical example of the intersection of judicial corruption -and its minions-within the Peruvian State and the organized crime criminal organizations. In order to conjure up these alliances, it is necessary to emphasize the punishment against the white-collar criminals of drug trafficking and their collaborators: lawyers, judges, prosecutors, etc., who use their profession as a cover to enrich themselves personally to the detriment of the common good.


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