Este artículo pretende mostrar la importancia de las emociones y las sensaciones que emergen en la representación del cuerpo y en el (r)establecimiento de la identidad en la novela Infinite Jest, de David Foster Wallace. En ella se percibe un mundo donde la sobresaturación de elecciones de entretenimiento ha creado una tradición de hastío y adicción como parte de la búsqueda hedonística del placer. Esto es relevante para comprender los efectos sobre el “yo” y la agencia y que, consecuentemente, se pueden enmarcar en desórdenes mentales. Desde un enfoque neurocientífico, la descripción de los personajes que narra Wallace es analizado en su posible conexión con el síndrome de Cotard. Este delirio ayuda a mostrar cómo la falta de emociones invalida una representación correcta del cuerpo, dando así lugar a la creencia de uno mismo de estar muerto o ser inexistente en la novela.
This article attempts to betoken the relevance of emotions and sensations arousing from the body for the reviving of the self in David Foster Wallace’s Infinite Jest. The novel discerns a world where the oversaturation of choices and the external stimuli from entertainment has established a tradition of ennui and addiction as part of the hedonistic search for pleasure. This is particularly important for the understanding of the effects it may have on the mapping of the self and on agency which can consequently be framed among mental disorders. Taking a neuroscientific approach, Wallace’s characters is discussed as having a possible connection to Cotard’s syndrome. This delusion helps to reveal how a lack of emotions disables correct self-awareness giving way to the belief that one may be dead or non-existent.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados