Hussein de Jordania no es el único monarca que ha permanecido en el trono a pesar de tener una salud precaria. Otros soberanos, como el rey Fahd de Arabia Saudí y Hassan II de Marruecos, se aferran a sus coronas a pesar de estar enfermos. También los hay que gozan de buena salud, pero que padecen graves problemas sociales, políticos y personales.
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