El éxito del recobro extrajudicial reside en la capacidad del acreedor para detectar enseguida el impago, analizar la situación, negociar un acuerdo de pagos razonable y utilizar los instrumentos más adecuados para cada fase de gestión. Los deudores deben recibir un trato personalizado; cuando el responsable de recobro de impagos se encuentra ante un cliente que está pasando por una situación de iliquidez transitoria, su objetivo será recobrar la deuda, pero manteniendo la relación comercial
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