Durante su etapa en Interior, Barrionuevo y Vera utilizaron a un personaje bien relacionado y vinculado a la masonería para los contactos no institucionales, pero si fraternales, con ciertas autoridades galas. Ahora, ese intermediario, del que prescindió el nuevo equipo del ministerio, es la fuente de falsas acusaciones contra la política antiterrorista del Gobierno español.
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