El presente artículo se basa en una doble investigación sociológica de carácter microsocial, cuyos objetos de estudio son los siguientes: “cambios y mejoras que se han producido en una población “piloto” de 40 expedientes de familias usuarias del Centro de Orientación Familiar de Canarias”, derivados por los jueces de instrucción y acogidos al Programa/Servicio “Coordinación de Parentalidad” para el año 2019. Se trata de una población de familias afectadas por la conflictividad familiar de media y alta intensidad y judicializadas. En una segunda investigación se pretende mensurar y valorar los “niveles de satisfacción de la dicha población respecto a los servicios recibidos en el Centro de Orientación Familiar de Canarias, así como la percepción que la misma tiene de los cambios y mejoras obtenidos a partir de haber recibidos dichos servicios referidos a la Coordinación Parental”. La hipótesis que se plantea es la siguiente: ambos estudios pueden ofrecer resultados que vienen a sumar y a reforzar la coherencia que se produce entre los mismos, así como el refrendo y viabilidad que se quiere atribuir a la “coordinación parental” en su aplicación práctica, como un modelo útil y beneficioso para la población a la que se dirige: las familias de media y alta conflictividad judicializadas.
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