Brasil
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La elección como presidente de Jair Bolsonaro en el año 2018, sorprendió a algunos medios académicos y políticos. Sin embargo, a la luz de la trayectoria histórica y política de Brasil, su elección no parece una sorpresa. Por ello, nos proponemos reflexionar, a partir del concepto de cultura política hibrida, sobre la elección de Bolsonaro en 2018 como un reflejo de la fragilidad de la democracia brasileña. A partir del análisis de datos cuantitativos y cualitativos de la Séptima Ola de Encuesta Mundial de Valores (EMV), recolectados entre 2018 y 2019, caracterizamos la cultura política de los brasileños como autoritaria y conservadora, a pesar de un apoyo general a la idea democrática. En ese sentido, entendemos que esta cultura política ha aportado al desarrollo de una democracia inercial que se sostiene en formas, pero no en valores democráticos. Desde esta perspectiva, la democracia nació muerta en Brasil. Asimismo, usamos hechos de la historia política para indicar que la regla en la política brasileña es la inestabilidad. Nuestras conclusiones indican que la democracia sigue siendo frágil, tanto por cuestiones relacionadas con la tradición política como por la cultura política híbrida, agravada por la elección de un presidente que defiende claramente una salida autoritaria.
The election as president of Jair Bolsonaro in 2018, shocked some academic and political circles. However, if we look back at Brazil's historical and political trajectory, his election should not come as a surprise. For this reason, we discuss, based on the concept of hybrid political culture, the election of Bolsonaro in 2018 as an exploratory reflection of the fragility of Brazilian democracy. Based on the analysis of quantitative and qualitative data from the Seventh Wave of World Values Survey (WVS), collected in 2018 and 2019, we characterize the political culture of Brazilians as authoritarian and conservative, despite a general support for the democratic idea. In this sense, we understand that this political culture has contributed to the development of an inertial democracy that is sustained in its processes, but not in democratic values. We also retrace a brief political history to show that Brazilian politics has a pattern of instability. Our conclusions indicate that democracy remains fragile in Brazil, because the hybrid political culture, exacerbated by the election of a president who clearly defends an authoritarian outcome.
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