Los glucocorticoides son un grupo de fármacos que se emplean muy frecuentemente en la práctica médica por su indiscutible utilidad. La osteoporosis inducida por éstos supone el principal efecto adverso derivado de su administración sistémica y prolongada, constituyendo la causa más frecuente de osteoporosis secundaria. Comporta además una importante repercusión sanitaria y socioeconómica como consecuencia de las complicaciones que ocasiona, como son las diferentes fracturas óseas por fragilidad, sobre todo vertebrales, y la discapacidad funcional resultante. Se produce de forma temprana, siendo más rápida la pérdida ósea en los meses siguientes a la instauración de dicha terapia, en relación fundamentalmente con la dosis diaria. La patogenia de este tipo de osteoporosis es multifactorial, pero destaca el efecto inhibidor que presentan los glucocorticoides sobre la formación ósea. El manejo adecuado de este serio problema de salud requiere una actitud activa, que sin embargo no es lo suficientemente óptima en la actualidad. Incluye inicialmente las mismas medidas diagnósticas, preventivas y terapéuticas disponibles para otros casos de osteoporosis, pero con ciertas matizaciones y particularidades, especialmente las concernientes al propio manejo de los corticosteroides. Es conveniente un plan multidisciplinar, que se ha mostrado efectivo, principalmente si se realiza de forma temprana desde el inicio de la terapia.
No obstante, quedan aún muchas cuestiones por esclarecer tanto en aspectos referentes a la corticoterapia, en general, como a la osteoporosis ocasionada, en particular. Es necesario el estudio y la búsqueda de nuevas terapias que mejoren la efectividad conseguida con las actuales para minimizar las repercusiones adversas que tiene para la salud de estos enfermos la administración de glucocorticoides.
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