Las personas que ocupan puestos directivos teletrabajan desde hace mucho tiempo, pero ahora deben impulsar que sus equipos también teletrabajen. Se ha demostrado que un adecuado diseño y la disposición de competencias directivas permite que el teletrabajo como opción organizativa logre resultados mejores que la prestación de servicios presenciales. Ahora es el momento de perseverar y culminar el proceso de cambio que la pandemia ha disparado. ¿Disponen las personas de las competencias para ello?
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