En Francia, la proposición de ley relativa a la seguridad global, apoyada por los principales sindicatos policiales, fue aprobada por la Asamblea Nacional el 24 de noviembre. Prolonga una huida hacia delante represiva que, de la lucha contra el terrorismo al estado de emergencia sanitaria, asocia seguridad a restricción de libertades. Pero, ¿y si esta estrategia, basada en la falta de proporcionalidad y en la arbitrariedad, se demostrara contraproducente?
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