La culpa constituye una de las emociones morales más importantes y significativas, presente desde las primeras etapas del niño y con funciones de regulación y control individual y social.
Forma parte y es de gran utilidad dentro de los procesos adaptativos y de cambio.
Pero también hay una culpa patológica, no racional, desproporcionada con el acto. Es la culpa que forma parte de la sintomatología y del mantenimiento de problemas depresivos, obsesivos, duelos no resueltos, problemas familiares y relacionales y para la cual se necesita de abordajes terapéuticos para su manejo.
Trabajar sobre los pensamientos e ideas irracionales asociadas a la culpa, así como las técnicas de aceptación de las emociones y las tareas para manejar la intensidad y el sufrimiento se han revelado de utilidad y forman parte del tratamiento.
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