Argentina
Con el fin de repensar a la violencia política en procesos de mediana duración, el presente trabajo atiende a las prácticas de control estatal y paraestatal y la recuperación de la experiencia de esa represión en la voz de los denunciantes, durante el primer peronismo. Enmarcado en el enfrentamiento entre peronismo y antiperonismo y de la radicalización y la implantación de un contexto de violencia política en el país, a partir del decreto de estado de guerra interno en 1951, revisaremos los organismos estatales creados durante el primer peronismo para controlar a un enemigo definido inicialmente como “comunistas” y, posteriormente, como “antiperonistas”, identidad adjudicada a radicales, socialistas y conservadores. Con ese objetivo, se atiende a las denuncias contra el gobierno democrático en el recinto de la cámara de diputados respecto de la vulneración de los derechos humanos y a una de las figuras claves de las restricciones a los opositores, en un franco ascenso de control represivo, como el del Mayor Jorge Osinde. Su accionar como jefe de Coordinación Federal muestra los límites difusos que existieron entre represión ideológica, servicios de inteligencia, vínculos con fuerzas de choque y viejas y asentadas prácticas de tormentos policiales, analizadas aquí durante la década del cincuenta, pero que pervivieron en la cultura política argentina.
In order to rethink political violence in medium-term, this work addresses the practices of state and parastatal control as well as the recovery of the repressive experience in the voice of the complainants during the first Peronism. Remarking the confrontation between Peronism and anti-Peronism as well as the radicalization and implantation of a context of political violence in the country, we will review the state agencies created during the first Peronism to control an enemy defined initially as "communists", and later as anti-Peronists, an identity judged to radicals, socialists and conservatives. With this objective, the complaints against the democratic government in the Chamber of Deputies regarding the violation of human rights and one of the key figures in the restrictions on opponents are dealt with, in a frank rise in repressive control, like Major Jorge Osinde's. His actions as head of the Federal Coordination show the blurred boundaries that existed between ideological repression, intelligence services, shock forces, and the old and established practices of police torment. These aspects analyzed here are within the historical context of the 1950s, but they survived in the Argentine political culture and continue to exist.
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