Juan Manuel Moreno Olmedilla, Lucas Gortázar
La pandemia causada por el coronavirus en 2020 ha supuesto un auténtico experimento natural que permite obtener evidencia empírica sobre el contrafactual de “qué pasaría si las escuelas cerraran”; y al mismo tiempo, ha sido una prueba de esfuerzo en toda regla que ha puesto transparentemente de manifiesto tanto las fortalezas como las debilidades del sistema educativo en su conjunto y las de todos y cada uno de sus actores y componentes. Nuestra posición de partida es que las crisis creadas por la pandemia están acelerando tendencias y procesos, desafíos y problemas, y que tal aceleración de la Historia supone tanto nuevos riesgos como nuevas oportunidades para los sistemas escolares. Este artículo pretende explorar, a partir de la evidencia empírica disponible, esos riesgos y oportunidades y qué opciones existen para proteger y sostener el sistema escolar público en la nueva normalidad.
The COVID-19 pandemic entailed a true natural experiment that allows to collect empirical evidence about the counterfactual of “what would happen if all school closed”; and at the same time, it has amounted to a thorough stress test that has transparently displayed both the strengths and weaknesses of education systems as a whole and of each and every actor and element within them. Our starting point is that the crises created by the pandemic have accelerated trends and processes, challenges and problems, and that such acceleration of History implies both new risks and opportunities for school systems. This paper uses some of the existing empirical evidence to explore those risks and opportunities and the options available to protect and sustain public school systems under the new normal.
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