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Resumen de Influencia del tratamiento de los anti-VEGFS en DMAE: Lo que todo óptico-optometrista debe conocer

Josefa Isabel Benlloch Fornés, Margarita Ribas Alarcón

  • La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una enfermedad crónica de origen multifactorial que afecta a la visión central de forma gradual. La esperanza de vida en la población mundial prevé un aumento de la prevalencia de la DMAE. La edad y la genética son variables independientes dentro de los factores de riesgo, sin embargo existen otros que contribuyen a su aceleración: el tabaquismo, el alto índice de masa corporal o la ingesta de dietas pobres en antioxidantes. Básicamente, la DMAE en los estadios iniciales se caracteriza por drusas suaves y cambios en el epitelio pigmentario de la retina (EPR). En cambio, la DMAE tardía tiende a una DMAE no exudativa o seca, o bien una DMAE exudativa o neovascular. Cabe decir que las lesiones neovasculares que dan lugar a la DMAE húmeda presentan diversos estados: desde una fase incipiente donde se observa una zona definida de hiperfluorescencia transparente hasta una marcada extravasación en las fases más avanzadas. El diagnóstico diferencial de la DMAE seca, desde un punto de vista amplio, se caracteriza por drusas suaves, atrofia del epitelio pigmentario de la retina, atrofia retiniana externa y/o pérdida de la capa coriocapilar. Pero de modo específico, cabe considerar también: degeneraciones miópicas asociadas a cambios característicos en su retina periférica y cambios maculares sin drusas, corioretinopatías serosas centrales, distrofias retinianas centrales hereditarias como la enfermedad de Stargardt o de Best, acúmulos de lipofuscina, cambios variables en la pigmentación macular o atrófica, o una combinación de las anteriores, por lo general, en pacientes de edad inferior a los 50 años. La DMAE húmeda causa pérdidas graves y bruscas de la visión, caracterizándose por norma con acúmulo de líquido subretiniano, hemorragia subretiniana, desprendimiento del EPR y exudados duros. Su diagnóstico diferencial engloba patologías que son predisponentes a la neovascularización por aparición de drusas del nervio óptico, roturas de la capa de la coroides, tumores coroideos, cicatrices debidas a la fotocoagulación, manchas coriorretinianas inflamatorias de tipo focal o localizado, síndrome de histoplasmosis ocular, estrías angioides o errores refractivos miópicos significativos que cursan con la aparición de estrías de laca y/o papilas inclinadas. También cabe considerar las vasculopatías coroideas polipoideas de naturaleza idiopática. La realización y contrastación de imágenes de la retina permite cuantificar el estado de la enfermedad, conocer su progresión y dirigir de forma eficaz tratamientos de choque en respuesta al avance de la DMAE húmeda. En las últimas décadas los tratamientos de ésta patología, han ido dirigidos hacia la regresión de la neovascularización y estabilización de la visión, incluso mejorarla, mediante fármacos que inhiben el crecimiento vascular endotelial (VEGF). Estos fármacos son pegaptanib (cuyo nombre comercial es Macugen ®), bevacizumab (Avastin®), ranibizumab (Lucentis®) y aflibercept (Eylea®). El más utilizado y el más eficaz para el tratamiento de la DMAE neovascular ha sido Lucentis®. Pero en el 2012 se aprobó un nuevo fármaco, Eylea®, cuyos resultados son concordantes con los de Lucentis® proporcionando un mayor intervalo entre dosificaciones, disminuyendo con ello las reacciones adversas secundarias.


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