Gijón fue la primera ciudad bombardeada en una guerra, sin reparar en la población civil. Constantino Suárez fotografió sus efectos y guardó casi 9.000 negativos, descubiertos por sus familiares tras su deceso. Republicano confeso, padeció cárcel durante el franquismo y tuvo que dedicarse a la fotografía ambulante por ferias, parques y romerías hasta el año de su jubilación.
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