Angel Bergés Lobera, María Angeles Rodríguez Santos, Fernando Rojas
Las medidas financieras adoptadas por el gobierno para frenar los efectos de la pandemia sobre la liquidez de las empresas han situado a la banca como protagonista en la canalización de las mismas. La dinámica del crédito registra inflexiones muy relevantes respecto a años anteriores, con fuerte aceleración del dirigido a las empresas y desaceleración del destinado a los hogares. Por otra parte, la rentabilidad del crédito se ve afectada, tanto por la agudización del escenario de tipos bajos, o negativos, como por las moratorias concedidas y, en última instancia, por la dinámica competitiva existente en el sector. Todo ello hace muy relevante el examen del margen de intermediación, y sobre todo de los ingresos financieros, descomponiendo los efectos asociados al mayor volumen de actividad, de los atribuibles a la variación de tipos de interés, tanto los de referencia, derivados de la política monetaria, como los spreads crediticios, vinculados a la dinámica competitiva en el sistema bancario. El análisis realizado pone de relieve que, a pesar de la variación positiva de los saldos crediticios, se ha producido una caída en el margen de intermediación en el primer trimestre del año, como resultado de una aportación muy negativa de los tipos medios de cartera, tanto por el descenso del euríbor como por el menor spread crediticio.
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