Los eventos adversos vividos en el desarrollo ontológico impactan en función de la capacidad que tienen los sujetos de afrontarlos. Hay evidencia científica de que, cuando más tempranos y repetidos sucedan, más probable es que sean traumáticos, sobre todo si son persistentes y acumulados. La traumatización es una consecuencia de la violencia estructural de las sociedades y es mayor en las patriarcales. En esta comunicación se presenta un estudio de campo sobre traumatización, realizado como tesis para un doctorado en Paz, Conflictos y Desarrollo. La muestra son 652 sujetos de España y Colombia. El 81,4% de la muestra es consciente de haber experimentado trauma. Las mujeres experimentan significativamente más maltrato, tanto en la infancia, como de pareja, y más abusos sexuales, mientras que los hombres experimentan significativamente más violencia social, grupal y escolar. El 6,9% de las mujeres y el 2,2% de los hombres manifiestan la relación con pareja maltratadora como un evento vital negativo en su experiencia. Las mujeres experimentan más eventos traumatógenos desde la infancia temprana, y en todas las etapas del desarrollo. Resultan más traumatizadas que los hombres, con una sensación subjetiva de haber recibido maltrato histórico, de pareja y obstétrico. Como consecuencia tienen más miedo a la muerte, una moralidad más deontológica, apegos más inseguros y evitantes, y dificultad para colaborar en la resolución de conflictos. La motivación ética es diferente en la cosmovisión de hombres y mujeres. En la comunicación se discute sobre los efectos de los mitos y complejos culturales en la aculturación de las mujeres. También se proponen acciones a realizar para modificar esta situación.
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